T'interessa

ACTUACIÓN MUSEOGRÁFICA

ACTUACIÓN MUSEOGRÁFICA

OBJETO Y CRITERIOS DE LA INTERVENCIÓN

La intervención actual sobre el Baño del Almirante se plantea como una operación definitiva de conservación y puesta en valor para su disfrute social cuando ya ha sido objeto de operaciones parciales conducentes a este fin, es decir, se recibe en un determinado estado y se proyecta actuar con una concreta finalidad. Este abstracto planteamiento requiere de un cierto desarrollo que justifique y estructure el método y las soluciones elaboradas en este proyecto.

Desde la óptica funcionalista, la primera respuesta a obtener a la hora de encarar la resolución de los problemas de la intervención era el uso a que debía destinarse el antiguo edificio de los baños. Una nueva instalación de carácter termal podía ser apropiada, pero la dificultad de gestionar adecuadamente unos baños públicos y la implantación de las instalaciones necesarias para ello desaconsejaron esta interesante posibilidad, de manera que, dadas sus características arquitectónicas e históricas, parece que el monumento estaba abocado a ser memoria de sí mismo. El edificio se destina por tanto a ser visitado y mostrar, mediante recursos y tecnologías adecuadas de apoyo, cuál era su destino y función originales. De manera complementaria el vestíbulo que se construye, por ser el espacio de mayor superficie, estar climatizado y bien comunicado tanto con el exterior como con la Conselleria vecina, puede albergar ocasionalmente actos de carácter público (presentaciones, ruedas de prensa...). Se han establecido, a partir de este punto de partida, el recorrido a realizar y el discurso a transmitir. Ambos quedan recogidos y justificados en la propuesta museográfica del proyecto.

Las operaciones de intervención proyectadas son en resumen tres: sobre las salas húmedas, sobre el vacío del vestíbulo, y sobre el espacio que suelda las anteriores con la calle.

En primer lugar, la restauración de las tres salas existentes, lo que requiere de completar las partes de la bóveda de la sala caliente que faltan, así como la zona de hipocaustum faltante, cerrar los huecos abiertos en épocas posteriores dejando exclusivamente con su dimensión primitiva aquéllos que responden a la primera situación. Las actuaciones en este sector se completarán con la reparación de lesiones en muros y bóvedas, tratándolos finalmente con veladuras de cal; la restauración de las lucernas protegiéndolas por el extradós de las bóvedas mediante piezas diseñadas ex profeso, la reposición del pavimento a su cota inicial, manteniendo in situ los escasos restos originales existentes en la sala fría; se repondrán cerramientos dobles de madera entre las salas y se incorporarán a ellas instalaciones de iluminación, sonido, proyección y efectos especiales, determinando su ubicación siempre por suelo o en lugares que no afecten las fábricas originales.

Debe ser patente en este sector el máximo respeto hacia las fábricas preexistentes, la realización de operaciones constructivas diferenciadas y compatibles con la construcción inicial para restañar las lesiones producidas a lo largo del tiempo, y unos acabados fieles a la manera de operar hasta el siglo XVIII.

Ha sido determinante para los tratamientos proyectados en esta parte del monumento la lectura arqueológica y la comprensión tipológica y particular realizadas por los investigadores Camps García y Torró Abad, que han de seguir participando necesariamente en el proceso de restauración completando estudios arqueológicos en algunos puntos que se definen en los planos correspondientes, y colaborando en la toma de decisiones y determinaciones incluidas en este proyecto pero que deben ser definitivamente contrastadas a lo largo de la ejecución.

En segundo lugar, la construcción sobre el vacío del vestíbulo de una pieza que complete la tipología arquitectónica de los baños hasta hacerlos claramente comprensibles, es una opción de recomposición, a juicio de los autores, absolutamente ineludible, aún respetando otras operaciones más reverenciales con los efectos del hombre a lo largo del tiempo. Otra cuestión es como llevar a cabo esta operación. La definición proyectual ha tenido dos soportes, uno el análisis comparado con otros baños y el otro la información que suministra el dibujo de Moulinier hecho para Laborde, teniendo en cuenta que éste muestra una realidad que data de principios del XIX y que suponía la presencia de transformaciones difíciles de identificar.

En esencia, el dibujo muestra el vestíbulo que se compone de un paso perimetral en torno a un sistema de arcos apoyado sobre columnas que soporta el cuerpo de una linterna con perforaciones resueltas con vanos acabados con arquillos de medio punto. La cubierta de esta linterna se observa a una sola agua y no a cuatro. La definición final propuesta en este proyecto se fundamenta en Laborde, aunque su formalización recurre a una abstracción que aumenta conforme asciende en altura el vestíbulo. Es decir que, mientras columnas y arcos se expresan con literalidad, la linterna dispone de una cubierta prácticamente horizontal y los vanos son adintelados, de manera que es la esencia de dicho espacio lo que se construye (altura, fuente de luz...), distanciando al espectador de un posible equívoco. En el lado norte del vestíbulo se dejan unos espacios practicables, a modo de armarios, para guardar materiales relacionados con las visitas públicas y el sistema de proyección sobre la pared opuesta prevista y descrita en la propuesta didáctica. Al fondo del vestíbulo, recuperando un nivel superior más moderno, se establece la comunicación con el patio de operaciones de la Conselleria, que debe entenderse a todos los efectos como secundaria y de servicio.

La construcción del vestíbulo en hormigón visto del cuerpo sobrepuesto a las columnas responde tanto a una voluntad de actualizar la solución como de buscar una técnica no tan alejada del sistema empleado en las bóvedas vecinas. Por otro lado, existe una voluntaria renuncia formal y material a la cubierta a cuatro aguas de fuerte pendiente, como en algún momento del desarrollo del proyecto se estudió, por su adscripción claramente nazarí que se pretendía evitar al haberse confirmado su edificación en época cristiana, por ello se dota de una cubierta resuelta con un solo plano y ejecutada en aleros y cara superior con plancha de aluminio lacado en blanco colocadas sobre guías que hacen de ríos para llevar las aguas.

En tercer y último lugar, el cuerpo que se halla entre los baños y la calle, como se ha dicho, es producto de una remodelación decimonónica de las alineaciones de las edificaciones y, por tanto, su definición responde en el proyecto a un cuerpo de nueva planta que satisface varios planteamientos: facilitar el ingreso al monumento; explicitar la presencia de los baños tras él y, dada la escasa perspectiva por los accesos y ancho de calle, que permitiera reclamar la atención del viandante o visitante que los busca; y resolver la comunicación vertical en los recorridos hacia las cubiertas y de manera restringida hacia el sótano.

La solución adoptada propone dos elementos diferenciados tras el plano de fachada. El primer elemento es el situado ante el vestíbulo y que sirve de entrada, incorporándose el vano de acceso de decoración neoárabe, y que se mantiene, a pesar de los equívocos que más arriba se decía evitar, como reconocimiento a la permanencia de los baños durante el siglo pasado y lo que esto supone en la historia de la higiene pública de la ciudad. Es un estrecho elemento que consta de sótano y planta baja destinado a ingreso y control de visitantes, y que al entrar se encuentra con una pared que lo separa del vestíbulo obligando a un acceso a éste en recodo, su cota de nivel corresponde al de la calle por lo que deben descenderse tres escalones hasta llegar al inferior del vestíbulo. Tanto este desnivel como el que hay que salvar a las salas húmedas están dotadas de mecanismos ocultos en el peldañeado que desarrollados permiten salvar estas barreras a los minusválidos.

El segundo elemento es el cuerpo que se sitúa delante de la sala caliente y consta de sótano, planta baja y planta de piso. Exteriormente, hacia la calle se resuelve con un muro cortina prácticamente en la totalidad de su altura, lo que permite observar desde la calle el muro de cierre del hipocaustum y de la sala caliente a la vez que proyectar en él imágenes que vistas desde la calle proporcionan información sobre el monumento; mientras que hacia el interior de los baños se sitúa un amplísimo ventanal al salvar la altura de la edificación histórica que deja ver las bóvedas de los baños.

En este cuerpo se sitúa la escalera que asciende a las cubiertas del vestíbulo para poder disfrutar desde el exterior de todo el sistema de cubiertas y lucernas, y también otra escalera, de las llamadas de tipo barco por su gran pendiente, que permite de manera restringida descender al sótano y leer la construcción del hipocaustum, el funcionamiento de la caldera y la secuencia constructiva de las fábricas de ladrillo construidas en el siglo XIX, accediéndose desde este punto al sótano bajo el acceso que se destina a cuarto de máquinas de climatización del vestíbulo y cuerpos delanteros. La construcción se realiza en hormigón blanco, vidrio securizado en muros cortina y en el frente, junto a la medianera sur donde se sitúa una pantalla de plasma para narrar cuestiones relacionadas con los baños, las escaleras emplazadas junto al muro de la sala caliente pero sin tocarlo al igual que todo el cuerpo que estamos describiendo.